Arco 6 [Web Novel]
Capítulo 78
“Las cuatro esquinas”
Inglés---> Witch Cult
Translations
Español---> Ray
Corrección---> Robin
※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※
Subaru: “¿Están listas? La torre se
encuentra en bastante malas condiciones ahora mismo. Si tuviera que decir que
tan malas son, diría que son casi tan malas como jugar Othello cuando te
robaron las cuatro esquinas.”
Ram: “Deben ser muy malas.”
La expresión de Ram se tornó oscura
cuando Subaru lanzó su explicación, sosteniendo uno de sus dedos en el aire.
Una mirada bastante solemne había aparecido en este último. Aunque Ram no era
la única que se lo estaba tomando en serio. Emilia y Beatrice que también
estaban escuchando, se encontraban de la misma forma.
Othello ― mejor conocido por el nombre
de Reversi ― era un juego de mesa en el cual dos jugadores compiten en un
tablero de 8x8 usando piezas blancas y negras.
Naturalmente éste era conocimiento que
Subaru trajo consigo de su mundo original. Pero ya que el juego había sido
relativamente fácil de recrear aquí, lo introdujo en la mansión Roswaal desde
el comienzo. Causó un enorme revuelo, puesto que fue en extremo bien recibido,
especialmente por Emilia.
Es por eso que les pudo comunicar
adecuadamente la gravedad de la situación actual. En Othello que te roben las
cuatro esquinas quiere decir que ya estás completamente perdido.
Es más, a pesar de que no había
participado mucho, Ram literalmente había sido tan fuerte como un Oni en las
pocas ocasiones que jugó, como se esperaría de ella.
En cualquier caso…
Beatrice: “Perder las cuatros esquinas,
una situación absolutamente indignante supongo… Eso es ir demasiado lejos,
incluso para un obstáculo, de hecho.”
Emilia: “Supongo que terminaría tan
ocupada como una abeja y ganando si localizo muchos de ellos.”
Subaru: “Quien dice ‘ocupado como una
abeja’ en estos días…”
Emilia: “Subaru, ¿puedes repetir eso?”
Subaru: “Lo haré, pero más tarde. Más tarde.”
Emilia interrumpió la tradicional
respuesta de Subaru, luciendo un poco desanimada por negarle su petición.
Aunque se sentía un poco culpable por verla así, el coqueteo tendría que
esperar para más tarde, justo como había dicho muchas veces.
Su primera prioridad era encontrar una
forma de salir de la situación en la que estaban. Y para eso…
Subaru: “Las cuatro esquinas… Son los
dos de ‘gula’ dentro de la torre, al igual que la horda de mabestias que
llamaron consigo. Además, me molesta decir esto, pero nuestra acompañante… O
si, supongo que es debatible si puedo contarles eso…”
Todos: “¿…?”
Subaru estuvo a punto de mencionar las
cuatro esquinas, pero por una fracción de segundo dudo en que decir a
continuación.
En particular porque ni siquiera se le
había ocurrido una respuesta que fuera tanto sencilla de comprender como
adecuada para describir a la mujer que sin intención se interpuso en su camino
como la cuarta esquina.
No era tan distante con ella como para llamarle
conocida. Eso y que su conexión tampoco era suficientemente débil como para ser
llamados enemigos. ¿Pero si compartían un destino para poder llamarla
acompañante? Quizás por lo menos podría dejarlo en que tienen una especie de
relación desorientada y sin aprobación de maestro y estudiante.
Sin embargo, ¿cómo la veían Emilia y el
resto?
Pero, mientras Subaru caía preso de su
vacilación…
Emilia: “Dijiste acompañante, ¿cierto?
¿Qué le sucedió a Shaula?”
Subaru: “…”
Emilia: “¿Subaru?”
Subaru: “No, no es nada. Es correcto, me
refiero a Shaula.”
Subaru inmediatamente actuó como si no
pasara nada y asintió a Emilia. No solo había sido ella; Beatrice y Ram tampoco
vieron nada malo en la forma en que Emilia la reconoció.
La forma en que la percibían era la misma
que Emilia, independientemente de si tenían o no recuerdos de esta última. En otras palabras, sirvió como prueba de que
veían a Shaula como alguien amigable.
Subaru: “¿Estaba siendo un idiota? Sí,
por supuesto que sí.”
Tropezarse con lo obvio era una mala
costumbre de Natsuki Subaru. Sin embargo, reflexiona en la cosas,
aprovechándolas de forma que pueda darlo todo; y esta era una de sus
fortalezas.
Un halago por cada vez que se sacrifica.
Idealmente se daría cien por cada ocasión que lo hiciera.
Eso sería suficiente. Aunque el
verdadero ideal sería darse diez mil halagos sin sacrificarse ni una sola vez.
Subaru: “Como sea, respecto a Shaula…
Bueno antes de eso, ¿recuerdan las reglas de la torre? Las que no deben
romperse. Se explicaron antes, ¿cierto?”
Ram: “Sí, así fue. No podemos irnos sin
completar las pruebas, no podemos romper las reglas de las pruebas, no podemos
faltarle al respeto a las bibliotecas, no podemos dañar la torre… Creo que esas
eran todas las violaciones.”
Subaru: “Sí, precisamente.”
Subaru tronó los dedos después de que
Ram rápidamente las planteó. Luego señaló a sus pies y balanceó su brazo
alrededor, indicando a toda la torre.
Subaru: “Con esas reglas… La cuarta
esquina aparece cuando una de ellas se rompe. No sé cuál, en específico, pero
una de ellas lo hará. Después de eso…”
Ram: “Nos mostrará los colmillos, justo
como dijo. ――Qué molesto.”
Ram, asumiendo su típica pose con los
brazos cruzados, cerró uno de los ojos mientras imaginaba lo peor.
La absurda destreza en combate de Shaula
por supuesto era bien conocida por Subaru, considerando que había pasado por
muchos bucles en donde ella lo asesinaba. Pero además de él, el resto de ellas
también estaban al tanto después de recibir los disparos desde lejos, en el mar
de arena.
Beatrice: “Esa chica sosa es bastante
fuerte cuando usa esas cosas suyas, supongo. Aun si estamos mejor que antes, en
donde no podíamos hacer nada cuando estábamos siendo atacados desde lejos, no
va a cambiar el hecho de que las cosas se van a poner sombrías si ella se
convierte en nuestro enemigo, de hecho.”
Tanto Beatrice como Ram fruncieron el
ceño, sus cejas arrugándose.
El hecho de que fueran tan rápidas en
asimilarlo fue de gran ayuda, ya que podía acortar el tiempo que dedicaba a
explicar. De todas esas caras sombrías, solo Emilia fue quien levantó la mano.
Su cara, que era la más linda en todo el ancho mundo, seguía libre de líneas de
expresión,
Emilia: “Pero iríamos contra Shaula,
¿no? ¿De alguna forma no podemos persuadirla hablando con ella? Shaula está
suuuuper apegada a Subaru, así que, si el hiciera el máximo esfuerzo, tal vez…”
Subaru: “Me encantaría una solución
pacífica para esto, pero llevar a Shaula a la mesa de negociaciones parece una
tarea difícil. Respecto al apego hacia mí… supongo que nada de eso ha cambiado,
en un amplio sentido.”
Ram: “Lo que quiere decir que va a
dirigirse principalmente a ti, Barusu. El hecho de que haya reducido sus
objetivos va a ser extremadamente útil.”
Se podría percibir como si apuntara a
los miembros más débiles en su campamento, pero independientemente de eso,
Subaru coincidió con los pensamientos de Ram.
En lugar de enfrentar una situación en
donde no sabrían quién es el objetivo de los enemigos asechando
indiscriminadamente la torre, sería más fácil idear un plan de contraataque que
involucrara a Subaru como un imprudente objetivo.
Así que dejando los asuntos a los que se
enfrentaban en resumidas cuentas…
Beatrice: “Las cuatro esquinas son: los
dos de gula, su horda de mabestias, al igual que Shaula, que vendrá a
atacarnos, supongo.”
Subaru: “Aunque ya se están haciendo
cargo de dos de estas esquinas. Todo gracias a que Beako tomó el mando.”
Durante el tiempo que Subaru pasó
acobardado en la biblioteca ‘Taygeta’, la inteligente y adorable Beatrice se
llevó a todos en su lugar, y los mantuvo ocupados lidiando con el daño que
había golpeado la torre.
Había mandado a Meili al balcón, donde
ella podría cuidar de la horda de mabestias. Luego como parte de eso, también
se unió junto a Ram y Emilia después de sacar a Rem de la habitación verde――
Desafortunadamente, de camino se habían encontrado con Ley, lo que les condujo
a caer en esta situación en donde Emilia perdió su nombre.
Emilia: “Mhmm, no hay problema. Subaru
todavía me recuerda, así que estoy completamente bien al respecto. A pesar de
que a menudo termina olvidando sus promesas, me sigue haciendo reaaalmente
feliz que me recuerde de forma adecuada.”
Subaru: “Nnh, ¿qué hay con eso de
apuñalarme por la espada de repente?”
Beatrice: “A mí me parece que es la de
siempre, de hecho. Esa chica también parece conocerte bien, supongo. Aunque no
también como yo.”
Subaru: “No hay necesidad de pelear por
mí, mis amores.”
Subaru asintió un poco mientras acariciaba
la cabeza de Beatrice, que se regodeaba por su afección. Luego, mientras aún
estaba lleno de emoción, Ram le llamó con un “Barusu”,
Ram: “Dijiste que se están encargando de
dos esquinas, ¿correcto? Sé que una de ellas es Meili conteniendo a la horda de
mabestias, pero ¿qué hay de la otra?”
Subaru: “Julius.”
Como respuesta a Ram Subaru se tomó el
pecho y giró su atención al pulso de su corazón.
Su poder ‘Cor Leonis’ seguía funcionando
con fuerza. Naturalmente estaba tomando la carga de Ram en su lugar. Además,
las localizaciones de sus compañeros eran transmitidas a él en tiempo real.
De entre esas, había una luz que
definitivamente parecía corresponderle a Julius. Y el lugar en el que se
encontraba era…
Subaru: “Él está en el segundo piso,
inmerso en una batalla con el enemigo.”
Emilia: “El segundo piso… no puedes
decirlo en serio…”
Subaru: “Sí, hablo en serio.”
Asintió a Emilia mientras ella
rápidamente se ponía pálida, antes de lanzar una mirada furtiva hacia arriba.
No podía verlo de primera mano, ya que
el techo se interponía en su camino, pero definitivamente podía sentir las
señales de la furiosa batalla que estaba tomando lugar más allá de su mirada.
――La revancha
entre Julius Euclius y Reid Astrea había comenzado.
Subaru: “…”
Al final, parecía que no había podido
evitar concluir con eso.
Después de que Subaru cayó de rodillas,
incapaz de volver en sí, Beatrice se hizo cargo de sus compañeros. El oponente
con el que Julius terminó librando la batalla fue Reid Astrea, aun bajo el
mando de Beatrice.
Naturalmente eso había sido influenciado
por el hecho de que Roy Alphard ―es decir, Reid, que tomó control del cuerpo
del arzobispo del pecado de gula y ganó su libertad, buscó activamente su
conclusión.
No obstante, Subaru pasó por muchas
‘muertes’ y cruzó por muchas posibilidades ya sea que lo quisiera o no. Y eso
le hizo comprender algo.
――Tan molesto
como fuera, el destino existe.
No importa qué camino sigas, la firme e
invariable realidad que yace allí se llamaba destino.
Las fluctuaciones de la historia eran
tan inflexibles, al punto de que hacía creer que las cosas estaban
predeterminadas. Era casi como si los resultados ya hubieran sido determinados
por el destino, con todas las ramificaciones convergiendo allí.
Ese fue el resultado de todas sus
voluntades convergiendo para intentar lograr sus respectivas metas. Sin
embargo, precisamente por eso, se entrelazaron tan íntimamente entre sí, que
nunca se separarían.
Sin embargo, ¿no podría decirse que
significaba que no había esperanza por delante?
Si se considera que la conclusión entre
Julius Euclius y Reid Astrea era inevitable, solo podría significar que…
Subaru: “Reid debe haber sido asimilado
por uno de Gula, su toma de control debería estar casi terminada. Aunque
dejaremos que Julius arregle las cosas con Reid. Vamos a lidiar con los tres
restantes.”
Ram: “¿Eso realmente va a estar bien,
Barusu?”
Subaru: “¿A qué te refieres?”
Subaru agitó la cabeza con intensidad
como respuesta a la pregunta de Ram. Pero al verlo reaccionar así solo murmuro
un breve: “Olvídalo,”
Ram: “Ya sé cómo hace las cosas Barusu.
De igual forma parece que estoy perdiendo el toque. Supongo que no tengo más
elección que confiar en la propuesta de Barusu.”
Subaru: “Realmente no entiendo del todo
a lo que te refieres, pero ¿si sabes que puedo notar que te estás burlando de
mí?”
Emilia: “¿Eh? No, no, solo te está
haciendo un cumplido. Ram está diciendo que confía muuucho en ti, Subaru. Jeje,
ahora voy a tener que trabajar duro.”
Ram: “Más tarde tendré una charla
contigo, Emilia.”
Emilia le respondió a la mortificada Ram
con un “Sí señora”, un trino ligeramente feliz en su voz.
A pesar de la situación en la que
estaban, Emilia estaba muy contenta y encontró reconfortante que Ram no
estuviera usando honoríficos para dirigirse a ella. Ahora que ya no existía su
conexión de amo-sirviente, la actitud que le mostraba a Emilia era quizás de
amigos, o tal vez una hermana pequeña que siempre es bastante difícil.
Ram ya no tenía la oportunidad de
interpretar la parte de la hermana mayor ahora que su verdadera hermana menor
no requería mucha asistencia.
Subaru: “Como sea, eso es todo lo que
está ocurriendo en la torre. Lo siguiente que necesitamos hacer es seleccionar
a la mejor persona para cada lugar. ¡Este asunto de selección es donde Natsuki
Subaru realmente brilla!”
Ram: “Sí que eres realmente humilde...”
Subaru: “Humilde o no, ¡sigue siendo
trabajo importante! ¡A esto es a lo que se refieren cuando hablan de héroes
anónimos! Esto es algo que solo yo… ¡Es cierto, esto es algo que solo yo puedo
hacer! Esta es mi batalla… ¡¡Auauauau!!”
Ram: “Solo date prisa y comienza a
decidir.”
Ram lo golpeó en la cara por perder
demasiado tiempo en el preámbulo. Sintiendo el dolor del daño que recibió,
Subaru miró a los tres rostros―― al igual que al del dragón de tierra y dijo:
“¿Todas están listas?”
De aquí en adelante, será una guerra
total, en el más auténtico sentido. Apenas si hacía alguna diferencia si eras
humano o un dragón de tierra; y, en primer lugar, normalmente Patrasche es más
útil que el mismo Subaru.
Si le sumas a súper Subaru a la mezcla,
sus posibilidades se detonarían por 10 veces y luego al doble.
(NT: El fragmento anterior parece ser
una referencia al concurso de preguntas Japonés: Quiz Derby.)
Subaru: “One for all, all for one. Todos
para uno, y uno para todos. No podemos ganar sin que todos estén a bordo. No
puede faltar ninguno de nosotros. Comenzaremos a ganar si tenemos a todos,
porque nosotros…”
(NT: Subaru lo dice primero en inglés y
después en japonés.)
Emilia: “Porque vinimos a esta torre
para recuperar lo que nos fue arrebatado, no nos permitiremos perderlos.”
Subaru: “Exacto.”
Subaru le asintió a Emilia con un
chasquido de dedos antes de recuperar la compostura.
Subaru: “Así que, primero lo primero, el
oponente de Ley Batenkaitos será…”
△▼△▼△▼△
???: “Barusu.”
Subaru: “¿Eh?”
Comenzaron a dirigirse a sus puestos
después de terminar con su discusión. Sin embargo, alguien lo tomó del cuello y
lo forzó a detenerse antes de que pudiera. Aunque no con la suficiente fuerza
para estrangularlo.
Seguramente había una razón para que
mostrara tal consideración.
Subaru: “No es como si realmente te
importara no lastimarme, nee-sama.”
Ram: “No es como si fuera molestarme en
usar demasiada fuerza cuando miro a una mosca atrapada en la palma de mi mano.
Esto es lo mismo que eso… Aunque no es que como si fuera a poner una a
propósito. Eso sería asqueroso.”
Subaru: “¡No lo digas y luego lo
niegues!”
Subaru se encogió de hombros ante la
forma de hablar de Ram. De pie frente a
él, Ram suavemente abrió y cerró su palma, comprobando su sensación un par de
veces.
Sus gestos tenían leves rastros de
desconcierto. Esta era una imagen bastante rara para Subaru, tan acostumbrado a
ver a Ram actuar siempre tan indiferente.
Vaya privilegio era observarla actuar
tan desconcertada e insegura de sí. Sólo gracias a esto pudo soportar los
niveles de agotamiento que amenazaban con aplastar todo su cuerpo.
Subaru: “…”
El cuerpo de Ram era constantemente
atormentado por la carga de no tener ‘cuerno’. Subaru se apoderó de esta carga
cuando usó su Cor Leonis, que a su vez le dio la fuerza extra para permitirle
operar a su máximo potencial. Cor Leonis era uno de sus trucos más esenciales
para conquistar esta torre.
Subaru ya le había dado un breve resumen
a Ram de lo que le estaba ocurriendo, pese a dejar de lado los pequeños
detalles.
Dicho de forma sencilla, las
preocupaciones de Ram estaba fluyendo hacia él, haciendo mucho más ligero al
cuerpo de Ram en ese aspecto. Sin embargo, ya que lo presionaba terriblemente,
deseaba una solución rápida a la situación en la que se encontraban. Eso era
más o menos todo.
Ram: “Ahora que pienso al respecto, ya
que solo tú vas a sufrir Barusu, realmente no me importa cuánto durará.”
Subaru: “Pero este es un esfuerzo
conjunto entre tú y yo, nee-sama. Debes querer acabar con esto lo antes posible
cuando lo piensas así, ¿cierto?”
Ram: “Sí. Me repugnas.”
Subaru: “No crees que usar ‘repugnas’ es
ir un poco lejos…”
Aunque bueno, insultarme es tan típico
de ella.
Subaru lo aceptó, a la vez que reprimía
la necesidad de vomitar. Ram lo miró fijamente, asumiendo su conocida pose con
los brazos cruzados frente a él.
Ram: “Barusu. No me lo tomaré con
calma.”
Subaru: “…”
Naturalmente, entre más se movía Ram
usando todas las capacidades de su cuerpo, mayor era la carga que tendría que
aceptar, actuando como su contrapeso. Pese a ello, si quería conservar a Ram en
este estado, tendría que estar preparado para aceptar toda esa carga extra.
Solo que ella esté allí de pie
respirando ya era suficiente para hacerle gemir. Y ese solo era el dolor que
experimentaba en su vida diaria.
Subaru: “Nee-sama es demasiado amable,
eh.”
Así es como Rem, que seguía dormida la
describía con frecuencia. Realmente no lo entendió en aquel entonces, pero
ahora finalmente comprendió a lo que se refería.
Si se permitiese introducirlo en el
típico estilo de Ram, sería algo como: “Así es como Ram hace las cosas.”
Ram: “¿Barusu?”
Subaru: “No es nada. ――Definitivamente
no te lo tomes a la ligera, por supuesto. Puedo saber si estás en modo serio o
no por la cantidad de dolor que siento. Vaya tortura que es ésta.”
Ram: “¿Así que estás diciendo que tu
plan es del tipo en donde entre mejor me siento, más sufrirás?”
Subaru: “Siento que acabo de entregarle
el botón de los misiles única persona que no debería.”
Por otra parte, si Subaru iba a
entregarle el botón de los misiles a unos de sus compatriotas, Ram sería a la
única que consideraría para ello.
Subaru: “Otto también sería una buena
apuesta, si no fuera por el hecho de que me preocupa que seguramente se resbale
y lo presione accidentalmente… Eres la más confiable en el sentido de quien lo
usaría de manera adecuada nee-sama.”
Ram: “¡Ja! Los halagos no te llevaran a
ningún lado… Escucha, cuida bien de Emilia y Beatrice-sama. No me importa lo
que te ocurra a ti Barusu, ya que sé que siempre eres un desastre cualquiera
que sea el caso.”
Subaru: “Sí, sí, lo sé. Y sobre Rem…”
Ram: “――La persona que más se preocupa
por Rem en este mundo, soy yo.”
Ram lo declaró como si estuviera
afirmando algo de rutina. Sus ojos carmesí se entrecerraron mientras el aliento
de Subaru le era arrebatado por la intensidad de sus palabras.
Ram: “Solo digamos que es suficiente que
tú, a la manera de Barusu, seas la segunda persona que más se preocupa por ella
en este mundo. Dejarlo así no debería perturbar ni un solo cabello de Rem.”
Subaru: “Sí, o me haría querer morir.”
Ram le dio la espalda a Subaru después
de que expresaron sus sentimientos.
Probablemente había demasiadas cosas que
quería decir, palabras que quería dejarle, pero rápidamente cambió de actitud,
acabando allí.
En verdad así es como Ram hacía las
cosas.
Ram: “Por favor, cuídate tanto como sea
posible, Barusu. De lo contrario, si mueres, no podrás ver a Rem de nuevo.”
Subaru: “Sí, también te quiero.”
Subaru del mismo modo respondió en broma
a las irónicas preocupaciones de Ram.
Y de esto modo, Subaru la observó correr
a la distancia sin decir una sola palabra, antes de pisar firmemente en el
corredor y reagruparse con Emilia y Beatrice que le estaban esperando.
Subaru: “Perdón por hacerlas esperar.
Salgamos también.”
Emilia: “Sí, hagámoslo. ¿Ram estará
bien?”
Subaru: “Sí, seguramente; después de
todo es Ram, así que estará bien… si le hubiera dicho que hiciera algo
realmente tonto, no habría forma de que no dijera algo al respecto.”
Beatrice: “De nuevo has depositado mucha
confianza en Ram, supongo.”
Subaru: “Confió en ti de igual manera y
aparte de eso, te quiero mucho más. No hagas pucheros.”
Beatrice inflo sus mejillas como si
estuviera diciendo: “¡No estoy haciendo pucheros, de hecho!” Subaru tomó su
mano y luego miró a Emilia, que estaba parada a su lado. Se preguntó si estaba
preocupada de que Ram fuera sola; sin embargo, su rostro de perfil solo parecía
un poco ansioso.
Subaru: “¿Emilia-tan?”
Emilia: “No, no es nada. Solo me parece
realmeeeente tranquilizador.”
Subaru: “Puede que sea coincidencia, en
realidad siento lo mismo.”
Las palabras de Emilia realmente no
tenían ningún fundamente, pero para Subaru sus palabras servían como un gran
impulso.
Sus expectativas superaban con creces
sus ansiedades. Es mucho más reconfortante tener alguien en quien puedas
confiar, a que alguien confíe en ti. Le puedes hacer mejor frente a lo que yace
por delante creyendo en lugar de aferrándote. Aunque no era como si ya hubieran
resuelto alguno de sus problemas.
Subaru: “Es natural creer en tus
compañeros; lo que, es más, también puedes creer en ti al confiar en ellos.
Ahora es la vista más clara que hemos tenido desde que llegamos a esta torre
llena de arena.”
Beatrice: “Esa mirada tuya, es mi
favorita, supongo.”
Beatrice miró a Subaru que se había
apoderado de las cosas de manera alentadora y le dio una sonrisa audaz. Y luego
por el comentario de Beatrice, Emilia se llevó la mano a los labios con un
“jeje”, provocando que Beatrice señalara su reacción con un “Qué hay con eso,
de hecho.”
Emilia sacudió la cabeza y luego habló:
Emilia: “No parece que recuerdes,
Beatrice, pero estaba pensando exactamente lo mismo que tú.”
△▼△▼△▼△
Una enorme criatura fue atrapada de sus
patas traseras y rodó salvajemente antes de golpear contra las paredes y piso
antes de ceder.
???: “…”
Esta criatura, que era el extremo
receptor de estos monstruosos e inmensurables golpes dejo salir un horrible
gemido. Una cacofonía que sonaba como los lloriqueos de innumerables bebes
resonó por el aire.
???: “――ϡ ϡ”
Lo que estaba emitiendo aquellos
miserables gritos era una mabestia de aspecto repulsivo y bizarro―― una que, de
acuerdo con su propio conocimiento, Natsuki Subaru había llamado centauro. Sin
embargo, esa chica que estaba bien familiarizada con este tipo de mabestias
alguna vez la llamó con un nombre diferente. El Hungry horse king.
Hungry horse king: “――ϡ ϡ”
El enorme cuerpo del Hungry horse king
fue arrojado lejos, provocando que diera volteretas por el balcón de la torre
de arena. Al ser noqueado por los impactos, el rey del mar de arena instantáneamente
se restableció con llamas escupiendo de su melena.
Su parte superior sacó dos espadas
envueltas en llamas. Usando esta esgrima completamente impropia de una
mabestia, el Hungry horse king intentó disparar un ardiente golpe rojo a la
entidad que había estado apilando ataques sobre él.
Sin embargo…
???: “…”
Un rayo blanco de luz atravesó al Hungry
horse king mientras intentaba blandir sus espadas de fuego, sus feroz melena
ondeando. El impacto provocó que esta enorme creatura retrocediera unos pocos
pasos. Sin embargo, lo resistió. Lo había resistido. Y sin más el Hungry horse
king dio un paso adelante, preparándose para lanzar su contraataque. ――pero al
siguiente instante, el rayo de luz explotó dentro de su cuerpo.
El rayo blanco de luz se convirtió en
una gran cantidad de rayos blancos que salieron disparados del Hungry horse
King en todas las direcciones desde el interior.
No importa qué tan resistente sea una
criatura, no puede escapar a la muerte si todos sus órganos vitales son
destruidos desde dentro. El Hungry horse king no fue excepción a esta regla ya
que pereció brutalmente por los rayos de luz.
???: “…”
La masacre de la mujer que estuvo detrás
de su muerte ― Shaula ― no paró allí.
Agitando su cabello trenzado de color
café, Shaula despegó poderosamente del suelo y saltó por el piso del balcón.
Agarró a dos enemigos que estaban obstruyendo su camino, salía luz de sus manos
extendidas ― eran mabestias con escamas de lagarto sobre sus cuerpos con forma
de simios. Desde allí, la luz que salía de sus manos brotó.
Si Subaru hubiera visto el golpe,
seguramente lo habría llamado pile bunker. Las cabezas de los dos simios que
agarro de la cara fueron aniquiladas por la luz blanca que ella disparó, ni
siquiera dándoles la oportunidad de responder. Ella prosiguió a girar en el
mismo lugar y usó sus largas piernas para derribar a los simios que estaban
rodeándola. Los dedos de sus pies se estrellaron contra sus caras, golpeándolos
hasta en el suelo con sus cabezas hundidas.
(NT: Pile bunker es un arma de combate a
corta distancia que dispara una larga lanza de metal, está diseñada para
perforar armamento pesado.)
El escenario donde se estaba llevando a
cabo la batalla entre Shaula y las mabestias era el cuarto piso de la torre
Pléyades. Aunque el balcón de la pared exterior estaba construido a cientos de
metros por encima del suelo, había una gran cantidad de mabestias que tenían
alas o que fácilmente podían escalar la pared.
Le disparó a los que escalaban uno por
uno, el balcón pronto se tornó en un mar de sangre.
Shaula: “…”
Incluso después de realizar tanta
masacre, a Shaula no le faltaba el aliento en lo más mínimo.
El número total de mabestias que se
encontraban pululando hacia la torre Pléyades era tan inmenso que no tendría
sentido contarlas. Sin embargo, el hecho de que la torre no había sucumbido a
la avalancha era sin duda gracias a su abrumador poder de pelea.
Aun así, el precario equilibrio que
Shaula estaba manteniendo estaba a punto de…
???: “… ¡Shaula!”
Shaula: “¡Ghhhhhhhh…!”
Una estridente voz gritó su nombre, pero
ella no respondió. Aunque su cara se retorcía de dolor, tomó una mabestia alada
que volaba hacia ella y la azotó en el suelo.
Ella prosiguió a perforarla con un rayo
de luz, haciendo que brotaran flores rojas en el aire, exitosamente poniéndole
fin a su persecución. Sin embargo, el estado en el que Shaula se encontraba no
cambio mientras las alejaba. Se tomó el rostro y pisó con fuerza el suelo.
A través del orificio entre sus dedos――
sus ojos con grandes pupilas estaban comenzando a dividirse y a pulsar de un
rojo brillante. Sus ojos compuestos estaban haciendo su aparición, es decir que
Shaula se estaba transformando.
Shaula: “Alguien… alguien rompió una
regla…”
Se encontró con las mabestias que se
avecinaban en este miserable estado, su rostro cubierto por su palma. Repelió
sus ataques con sus largas piernas, pulverizando sus cuerpos con fuertes
patadas giratorias.
???: “Esto es grave. Se encuentra en su
límite. ¡Meili! Cómo se ven las cosas de tu lado…”
NC: revisa la raw, porque el contexto
parece indicar que es una pregunta.
Meili: “Se ven exactamente como parece,
¡tengo las ma~nos llenas lidiando con estos jovencitos voladores! ¡Si mi
onee-san desnuda tampoco puede pelear, definitivamente, definitivamente nos
quedaremos cortos de ma~nos!
???: “Supongo que sí. Esto luce bastante
sombrío.”
Una chica de cabello ondulado color
púrpura que lucía una mirada sombría estaba observando la angustia de Shaula;
Anastasia ― Es decir, Echidna, que actualmente estaba tomando prestado su
cuerpo. Meili también estaba parada a su lado. Su coleta de color azul oscuro
se balanceaba mientras ella de alguna forma mantenía la balanza inclinada a su
favor al usar su protección divina.
El trió compuesto por Shaula, Echidna y
Meili era el equipo que resistía con todo su poder a las mabestias que se
acercaban a la torre Pléyades. Sin embargo, a diferencia de Meili con su
protección divina de manipulación mágica y Shaula con su predisposición al
poder de fuego puro, la presencia de Echidna era prácticamente inútil.
Ella estaba renuente a regresar a
Taygeta, pero al mismo tiempo, quería evitar retroceder mucho más dentro de la
torre, la cual se encontraba en un estado de contingencia, donde solo
terminaría siendo una carga innecesaria.
Echidna: “Tranquilízate, ahora no es el
momento para eso…”
Movió sus delicados dedos y concentró su
conciencia en el Od dentro de ella ―Aunque estrictamente hablando era el Od
dentro del cuerpo de Anastasia. La puerta de Anastasia tenía un defecto, ya que
no podía absorber mana. Es por eso que solo podía lanzar magia con su Od
natural.
En otras palabras, era equiparable a
cortar la esperanza de vida de Anastasia. Por lo tanto, una medida que ni
siquiera Echidna quería tomar, a menos que su vida estuviera en verdadero
peligro.
Pero es mejor entrar en acción que sólo
quedarse sentado aguardando a la muerte. Al menos eso es lo que la Anastasia
que conocía habría pensado.
Todos tienen que usar las cartas que
tienen a disposición, y, por lo tanto, la victoria se determina por la forma en
que jugaste tus cartas.
Echidna: “…”
El cambio que afligía a Shaula
seguramente se debía a algo que estaba arraigado en su corazón. Algo que
definitivamente no podía ser anulado, como una especie de grillete dentro de
ella. Como un espíritu artificial, Echidna lo comprendía demasiado bien,
considerando que se encontraba en condiciones similares. No había nada que
alguien pudiera hacer contra la fuerza de voluntad propia.
Si lo que dijo antes era verdad,
entonces las reglas de la torre Pléyades habían sido quebrantadas. Necesitaba
actuar como la guardiana de la torre para remediar eso.
La razón por la que se estaba
resistiendo tanto era porque, en lo profundo de su corazón en realidad no
quería lastimarlos―― o más bien, seguramente no quería lastimar a Natsuki
Subaru.
Echidna: “Es irónico.”
Gracias a que ella permanecía como la
guardiana de esta torre, pudo reunirse con la persona que quería ver. Sin
embargo, debido a que seguía siendo la guardiana, no podía ir en contra de las
órdenes de lastimarlo. ――El verdadero dolor de ser una creación.
En el sentido más genuino, Echidna creyó
que probablemente solo ella y Beatrice, que también era una creación, podían
comprender el dolor que sentía.
Es por eso que ella…
???: “… ¡¡DRYHAAAAAAA!!”
Echidna alcanzó a ver la silueta de una
persona saltando fuera del corredor que conducía del balcón a la torre,
soltando un enérgico grito. Sus ojos se abrieron con sorpresa y se quedó sin
aliento.
△▼△▼△▼△
Subaru se sintió conmocionado en el
momento que saltó al balcón al presenciar las diferencias entre la forma en que
lucía normalmente y ahora. Inmediatamente se dio cuenta de que aquí se estaba
llevando a cabo una feroz batalla.
Subaru: “…”
El balcón del cuarto piso se había
convertido en un mar de sangre con innumerables cadáveres de mabestias
esparcidos.
El mejor asiento de la casa donde se
puede disfrutar de una vista ininterrumpida del mar de arena, ahora se
encontraba manchado de sangre gracias a las incontables mabestias que no paraban
de atacar. Si se quedara sin resguardo, entrarían a la torre y provocarían un
caos.
Y la mayor colaboradora para prevenir
que este daño se esparciera era…
Subaru: “¡Shaula!”
Shaula: “¿Maestro…?”
Shaula se dio la vuelta por el sonido
del grito de Subaru ― Sus ojos estaban a punto de dividirse en seis ojos
compuestos; tres a la izquierda y tres a la derecha.
Ya había presenciado su proceso de
transformación con sus propios ojos. Significaba que las reglas de la torre
Pléyades se habían quebrantado y había llegado la hora de asumir su deber como
guardiana de la torre.
Esto culminaría en que Shaula se
transforme en un escorpión gigante en contra de su voluntad, y en donde se
dedicaría a aniquilar a los desafiantes dentro de la torre ― i.e. Subaru y su
grupo.
(NT: i.e. Del latín ‘Id est’ que
equivale a ‘es decir’.)
Es por eso que…
Shaula: “Maestro… Por favor… ¡Por favor
ordéneme…!”
Subaru: “…”
Shaula: “Alguien rompió las reglas. A
este ritmo… Maestro… Terminaré… matando… Si no puede, sabe, antes de que lo haga,
yo… yo…”
Shaula abrazó fuertemente su cuerpo
mientras buscaba las órdenes de Subaru con una mirada de desesperación en su
rostro.
Su capacidad para suicidarse parece
haberle sido robada instantáneamente. Lo que ella estaba implorando era un
empujón final para matarse.
Shaula se quitaría la vida sin
vacilación si Subaru lo dijera. Con seguridad se podría decir que la amenaza
del escorpión gigante desaparecería, mientras diera la orden.
Por lo que, Subaru movió la cabeza
firmemente,
Subaru: “Shaula.”
Shaula: “S… í… Si es por usted maestro,
yo…”
Subaru: “Me estoy cansando de decirte
esto, pero no tengo idea de por qué me llamas maestro.”
Shaula: “――hk”
En el instante en que Subaru le
respondió, los ojos compuestos de Shaula se mancharon de desesperación.
Después de esperar cuatrocientos años en
vano, finalmente pudo verlo de nuevo. Pero que él se lo negara, y después de
todo eso, que su último deseo fuera pisoteado, condujo a que se sintiera tan
atemorizada como un niño.
Subaru tomó un gran respiro y luego lo
dejó salir mientras miraba su inquietud.
Subaru: “Es por eso que hablaremos más
tarde sobre si soy o no tu maestro, al igual que sí lo admitiré.”
Shaula: “Eh…”
Subaru: “No voy a pedirte que mueras. No
hay forma de que permita que sigas llorando. De ninguna manera voy a permitir
que tus cuatrocientos años terminen aquí.”
Pasó bastante tiempo rebuscando los
“recuerdos” que perdió temporalmente, así que sabía todo demasiado bien.
La paciencia que tenía la gente de este
mundo era increíble. Esperarían con ahínco por cuatrocientos años por alguien.
Realmente necesitaba arrastrar a estas personas que querían ver, incluso si
significaba tomarlas del cuello.
Subaru: “¡Simplemente lo haré yo mismo!
¡Como si estuviera dispuesto a hacer lo que alguien más me dice! ¡Adelante, oh
inevitable destino!”
Shaula: “…”
Subaru levantó el puño por encima de sí
mismo mientras lo declaraba firmemente, dejando sin palabras a Shaula. Y, sin
embargo, al mismo tiempo, la insoportable tensión que ocurría dentro de ella
parecía estar a punto de explotar.
Pero al menos para ella, en ese preciso
instante, aquello que importaba no eran las reglas de la torre o la explosiva
necesidad creciendo desde su interior.
Shaula: “Maestro… Lo amo.”
Así eran las emociones de incontrolable
amor que tenía por la persona que anhelo por todos estos cuatrocientos años.
Shaula: “…”
La transformación de Shaula en verdad
comenzó justo después de que proclamó su amor.
Sus delicadas y pálidas manos se
hincharon y se transformaron en pinzas gigantes. Su cuerpo femenino y
voluptuoso estalló, esparciendo sangre y piel que luego se reformó, como el
rebobinado de una cinta, remoldando su cuerpo en uno nuevo. En ese mismo lugar
creció una carcasa completamente oscura mientras sus ojos rojos compuestos parecían
mirar al mundo. Sus numerosas patas perforaron el piso y así la guardiana a la
torre de arena se completó――.
Shaula: “――ϡ ϡ”
La presagiada figura del escorpión
gigante dejó escapar un estridente aullido de advertencia a aquellos que
violaron las reglas de la torre. Lo primero en que se fijaron los ojos
compuestos fue, irónicamente, el joven de cabello negro con el que su versión
previa estaba obsesionada.
Se dirigió hacia él, listo para desatar
su devastador golpe…
???: “――¡¡HIYAAAAAAAA!!”
――No obstante,
una estruendosa patada voladora fue dirigida al cuerpo del escorpión desde un
costado.
La patada llevaba una masiva cantidad de
poder, suficiente como para levantar del piso al enorme cuerpo del escorpión y
voltearlo. Se precipitó por el piso de piedra, recogiendo a las mabestias en su
camino, antes de salir volando por la orilla del balcón y hacia los cielos por
encima del mar de arena.
Sin embargo, el escorpión gigante no se
iba a quedar sin hacer nada al respecto. Rápidamente enterró su aguijón en la
pared de la torre, lanzando hacia arriba su enorme cuerpo, girándolo en medio
del aire como si intentara regresar desesperadamente al balcón.
Subaru: “…Murak”
Una sola palabra encantada fue la que
previno que lograra regresar.
Este mana imbuido con dirección
interfirió con la realidad alrededor de ellos, brindando efectos en el mundo
que normalmente no ocurrirían por su cuenta. Esta vez, su efecto fue el de
bloquear el regreso del escorpión gigante.
El escorpión fue atrapado por una ráfaga
de viento mientras intentaba aterrizar desesperadamente sobre el balcón. Su
cuerpo fue empujado de vuelta por la briza arenosa, enviándolo lejos de su
trayectoria.
¿Qué tan
fuerte tendría que ser una turbulencia como para mandar a volar el cuerpo del
colosal escorpión? Era completamente enorme, pesando al menos varios cientos de
kilos. Aunque, las cosas no eran como parecían.
Murak era una clase de magia yin que
cambia la gravedad de su objetivo.
Para hacerlo breve, fue bastante natural
que su cuerpo haya terminado incapaz de moverse como normalmente lo hace,
considerando que ahora pesaba tanto como un grano de polvo. Eso era todo.
Shaula: “――ϡ ϡ”
El escorpión gigante soltó un gemido
afligido antes de ser lanzado una vez más por el balcón. Rápidamente agitó su
aguijón en un intento por dispararle a aquellos dentro de la torre, al haberse
rendido en regresar.
Pero eso cayó un paso más tarde.
Meili: “¡Hanemogura-chan!”
(TN: Hanemogura: Literalmente significa
‘topo alado/con alas’.)
La imponente orden de la chica dio
camino a una ráfaga de golpes que se abalanzaron sobre el escorpión gigante
mientras volaba en la briza. Mabestias con lo que parecían ser plumas de ave y
la mayor parte de sus cabezas transformadas en cuernos, se lanzaron en picada
hacia ella.
Una por una, se lanzaron directamente
hacia el caparazón del escorpión. Y aunque no lo dañaron, si pudieron empujarlo
más y más lejos con cada impacto, manteniéndolo alejado de la torre.
Shaula: “…”
Por más gran escorpión que fuese, no iba
a poder cambiar su peso corporal sin algo que la apoyara. Justo así, después de
que el viento la alejara, la magia fue cancelada, haciendo que cayera boca
arriba.
Había cientos de metros desde el suelo,
pero no era de la clase de oponente que estaría acabado por algo así. Aunque,
fue suficiente como medio para ganar tiempo, por lo cual utilizaría este breve
respiro.
Subaru: “¡Meili! ¡Echidna!”
Echidna: “¡Natsuki-kun! Te has
recuperado... ¿verdad?”
Echidna miró a Subaru con el ceño
fruncido mientras él se apresuraba hacia ella. Luego con una mirada reflexiva
adornando el rostro de Anastasia, continúo con sus palabras.
Echidna: “¿De casualidad has recuperado
tus recuerdos?”
Subaru: “¡Esto me va a ahorrar mucho
tiempo! ¿Aunque cómo lo supiste?”
Echidna: “Es obvio. De otra forma
Beatrice no pondría una mirada tan orgullosa junto a ti.”
Echidna sacudió su mentón hacia
Beatrice, quien lucía más que engreída mientras sostenía la mano de Subaru.
En efecto, era claro como el agua que el
humor de Beatrice había mejorado. Además, el hecho de que ella no pudiera
ocultar esta demostración de emoción fue realmente encantador.
Por supuesto la perspicacia de Echidna
también fue excelente, no se equivoquen al respecto. A partir de allí, cambió
su mirada a la espalda de Subaru ― A Emilia ― quien más antes le había dado una
patada voladora al escorpión gigante.
Echidna: “¿Y esta chica que no reconozco
es…?”
Subaru: “Se debe a la autoridad de gula.
Es una víctima, de la misma forma que Julius… Son olvidados por todos a
excepción de la persona en sí. Su nombre es Emilia. Mi dura pero adorable
princesa.”
Echidna: “Aprecio que me hayas puesto al
día tan rápido, aun así, la torre es un completo desastre tanto al interior como
al exterior. ¿Te importaría si pregunto qué vamos a hacer al respecto?”
Subaru: “No hay problema, ya tengo una
respuesta lista para eso.”
Subaru le asintió. Detrás de él, Emilia
extendió los brazos y envió innumerables fragmentos de hielo al aire. Espero un
momento y luego los soltó todos, su feroz poder destrozó a las mabestias
volando por los cielos, de la misma forma que a aquellos sobre el suelo.
Aunque Subaru no pudo verlo desde donde
se encontraba, también deber haber atravesado al escorpión gigante que cayó
abajo. No obstante, su ataque había sido solo una gota en el océano con todas
estas mabestias que tenían frente a ellos…
Subaru: “¡Echidna, tú vas a tomar el
control al interior! ¡Primero, vas a reunirte de nuevo con Julius en el segundo
piso donde está peleando! ¡Ya le dije a Emilia que hacer después de eso!”
Echidna: “―― No tengo problema en irme
junto con ella, pero ¿qué van a hacer Beatrice y tú?”
Beatrice: “Nuestro rol ya está previsto,
de hecho.”
Echidna dudo por un momento antes de dar
su respuesta. Beatrice le respondió antes de levantar la mirada con admiración
para observar el rostro de Subaru de perfil, apretando firmemente su mano.
Beatrice: “Vamos a lidiar con ese
escorpión gigante, supongo. Vamos que tener consideración con ella, de forma
que no la matemos accidentalmente. Caray, qué molestia de hecho.”
Subaru: “Si que habla demás, no es así.
Esa es mi Beako.”
Beatrice: “Thbptttttttt, supongo.”
Después de expresar de lo que se
jactaba, como si intentara levantarse el ánimo tanto a ella como a su
contratista, Beatrice sacó la lengua.
Los ojos de Echidna se abrieron mientras
observaba su interacción, seguido de una sacudida de cabeza. En lugar de perder
el tiempo discutiendo, sería mejor que creyera que esta es la mejor manera de
hacer las cosas y comprometerse con ello.
En efecto, era tan típico de Anastasia
tener ese instinto que le permite tomar decisiones en fracciones de segundo.
Echidna: “No hay de duda de que tu
opinión ha llegado como una gran ayuda para nosotros en casi todos lados dentro
de la torre. Es por eso que… Cederte este lugar nos brindará la mejor
oportunidad de ganar.”
Subaru: “Me siento honrado. Aunque no
puedo evitar sentirme mal de que hayas terminado con el nombre de Echidna.”
Echidna: “En lo que respecta al asunto
de la profunda influencia que tiene mi creadora, me gustaría encontrar una
oportunidad para tener una conversación adecuada sobre esto después de que las
cosas se arreglen… ¿Hay algo que quieras que le mencione a la Julius?”
Subaru: “…”
Echidna añadió esa pregunta al final,
justo antes de darse la vuelta para partir.
Subaru todavía podía sentir a Julius
peleando a un piso por encima de ellos usando los efectos de Cor Leonis― Ahora
que lo pensaba, esto quería decir que ya se había reunido con todos sus amigos
dentro de la torre, excepto él.
Dado que Julius también había estado
bastante preocupado por él cuando perdió sus recuerdos, Subaru se preguntó si
necesitaba contarle que los había recuperado. Sin embargo…
Subaru: “Nop, no realmente.”
No tenía ni una sola palabra que decirle
a Julius Euclius que yacía encerrado en combate con Reid Astrea.
Después de todo, el plan de Subaru había
sido asignar a la mejor persona con el puesto más adecuado en medio de esta
deprimente situación. Es por eso fue había ido a hablar con ellos, a fin de
cuentas, necesitaba reorganizar sus roles. Sin embargo, no necesitaba hacerlo
con Julius.
… Porque su
puesto no yace en ningún lugar más que contra Reid Astrea.
Subaru: “A este punto, literalmente solo
puedo decirle ‘buen chico’. Él habría terminado yendo con Reid, a pesar de que
yo no mencionara algo.”
Gracias a eso pudo hablar con Shaula
antes de que se transformara en el escorpión gigante.
Las conocidas palabras de amor que
pronunció al final le habían provisto de una fuerza ilimitada. Un fuego había
sido encendido en su corazón cuando le dijo que definitiva, definitivamente la
ayudaría.
Así que por eso…
Subaru: “… Todo lo que tenía que decir
ya ha sido dicho por mi anterior yo, al igual que mi yo de un poco antes de
eso. No tengo nada más que agregar. Él es Julius Euclius después de todo.”
Natsuki Subaru reconoció por completo
que en este mundo existía un destino inquebrantable.
Los numerosos problemas que envolvían a
la torre eran imposibles de evitar, siempre levantaban sus feas cabezas a
ellos. Pero, que sea inevitable o insuperable son dos cosas completamente
diferentes.
Si el destino de Reid Astrea es
enfrentarse a Julius, entonces lo viene más allá de eso también es inevitable.
Aquel que iba a asesinar a Reid Astrea
renacido era Julius Euclius.
Echidna: “Ya veo. Así se lo diré entonces.”
Subaru: “Oh espera, hay algo. Ya que
todos están pasándola mal aquí, dile que apresure su trasero y arregle las
cosas por allá y que luego venga a hacer back up a los demás.”
(NT: Subaru utiliza un anglicismo para
hacer referencia a apoyar/ayudar [back up]. Esto se vuelve relevante en el
siguiente capítulo.)
Subaru se despidió de Echidna mientras
ella comenzaba a salir a prisa hacia sus deberes con una sonrisa forzado en el
rostro. Después de verla partir, se dio la vuelta hacia Emilia, quien estaba
ocupada cortando con una espada de hielo a un par de mabestias cerca de la
dirección a la que se dirigía Echidna.
Subaru: “¡Emilia-tan! ¡Va a ser justo
como lo discutimos! ¡Cuento contigo Emilia-tan!”
Emilia: “¡Mhm, déjamelo a mí! ¡Tú eres
el que no debe morir Subaru!”
Subaru: ¡Por supuesto que no lo haré!
Las palabras de Emilia eran
completamente normales, sin embargo, provocaron que Subaru levantara el puño,
sintiéndose más abrumado de lo habitual.
No quería morir. ――La razón de eso
permanecía invariable, pero ahora tenía más cosas que necesitaba evitar a toda
costa. Los peligros de regresar de la muerte en esta situación eran casi
indescriptibles.
Si el punto de regreso no ha cambiado,
tendría que regresar al punto antes de separarse de Louis Arneb junto con su
factor de la bruja. En cuanto a qué tipo de problemas traería, ni él, ni nadie
más podría saberlo.
¿Louis se
esfumaría del cuerpo de Subaru o no? El salón de los recuerdos de alguna forma
permanece fuera del esquema normal de las cosas, así que no sabía si eludiría
los efectos de su regreso de la muerte. Todo era tan confuso.
Así que eso quería decir que…
Subaru: “¡Esta vez, vamos a arreglar las
cosas aquí!”
Siguiendo la afirmación de Subaru,
Emilia tomó a Echidna y abandonó el balcón. Las chicas irían a sus respectivos
campos de batalla, y de la misma forma, lo haría Subaru y su grupo.
Meili: “¿Aho~ra qué? Todo eso me sonaron
como tonterías, ¿hay alguna posibilidad de que me expliques las cosas de forma
adecua~da?”
Meili fue paciente y no interrumpió su
conversación con Echidna. Pero le gritó cuando se dio cuenta de que solo él y
Beatrice se quedaron en el balcón.
Subaru le dio pulgares arriba y le
mostró una sonrisa diabólica, mostrando todos sus dientes.
Solo hubo una razón por la que Subaru no
llamó a Meili en estos últimos momentos ―Al igual que Julius, ella ya se
encontraba en su campo de batalla ideal.
Subaru: “Perdón Meili, pero vas a unirte
a nosotros. Tú, Beako y yo vamos a contener a dos de estas esquinas ― ¡El
escorpión gigante y la horda de mabestias!”
Meili: “¡Esa no es una gran
explica~ción!”
Beatrice: “¡Ella viene, de hecho!”
No tuvo tiempo de darle una explicación
más detallada a Meili, mientras ella se arreglaba la trenza con sus mejillas
haciendo un puchero. Al siguiente instante, una criatura masiva saltó de la
pared externa de la torre hacia el balcón como si respondiera a lo que Beatrice
había dicho.
La criatura tenía una carcasa negra,
ojos rojos compuestos y pinzas de aspecto feroz…
Subaru: “Así que eres una Hikikomori de
cuatrocientos años, ¿verdad?”
Subaru dejó salir un rápido suspiro
antes de recoger ágilmente a Beatrice de su costado y abrazarla. Luego, junto
con Meili que se apresuró a reunirse con ellos, se pusieron cara a cara con el
escorpión gigante.
Confrontados con su enemigo que seguía
mirándolos en silencio, él dio una pequeña sonrisa,
Subaru: “Este es un duelo de
hikikomoris. Aquella de allá con cuatrocientos años, mientras que nosotros dos
con cuatrocientos y uno.”
(NT: Referencia a cómo se presentan las
peleas de box/ufc)
Meili: “¿Acaso no es más correcto
cuatrocientos y dos más cuando nos cuentas a nosotros tres?”
Subaru: “¡En otras palabras, vamos a ganar!”
Beatrice: “No entiendo nada de lo que
esto significa, salvo la parte que dijiste sobre ganar, ¡¡supongo!!”
Encima de sus brazos, Beatrice le gritó
a Subaru y a Meili por bromear juntos. Y justo así, rodeado por la cantidad
correcta de tensión, miró al escorpión gigante y suspiro.
Ahora las cosas se habían arreglado para
convertirse en los enfrentamientos previstos. Todo lo que quedaba ahora…
Subaru: “En serio cuento contigo,
Emilia-tan. Tú eres la clave de todo.”
La batalla contra las cuatro esquinas
que envolvían a la torre Pléyades oficialmente había comenzado.
Fin.
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